Hace tan solo unos años, la rehabilitación de edificios no era considerada, ni siquiera, una de las actividades principales del sector de la edificación. Hoy en día, todos los agentes del sector coinciden en que el futuro de la construcción pasa por una apuesta decidida por la rehabilitación de un parque edificado obsoleto y derrochador de energía.
En España hay cerca de 10 millones de viviendas susceptibles de ser rehabilitadas, la gran mayoría construidas hace más de 40 años y con importantes carencias en materia de eficiencia energética. Su renovación es clave para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) fijados desde Bruselas, pero también para impulsar la recuperación y lograr la transición hacia una economía circular.
La lucha contra el cambio climático y el compromiso con un futuro más sostenible y amable con las generaciones futuras, son razones más que importantes para otorgar a esta actividad su papel protagonista en la historia económica del país. Pero además, y como incentivo adicional, está el paquete de ayudas de 140.000 millones de euros provenientes de los fondos Next Generation. Cerca de un 70% de estos fondos están dirigidos a financiar aquellas actuaciones de mejora del parque edificado, con una partida de 6.820 millones de euros en ayudas a la eficiencia energética.
2022 ha sido el año de la llegada a las Comunidades Autónomas del primer tramo de estas ayudas: unos 3.400 millones de euros destinados directamente a la rehabilitación de edificios. A partir de ahora, y una vez establecidas las condiciones para poder solicitarlas, es el momento de que este dinero se materialice en viviendas más eficientes, seguras, confortables, saludables y respetuosas con el medioambiente.
Con esta situación de fondo, en el horizonte se perfila una nueva vertiente profesional para los arquitectos o arquitectos técnicos: el agente rehabilitador, capaz de acompañar a los propietarios en todo el proceso de transformación de su vivienda, desde la petición de las ayudas, el análisis o auditoría de todas las posibilidades de mejora y, por supuesto, la supervisión de toda la ejecución de la obra.
Esta nueva profesión se perfila en el Real Decreto orientado a la rehabilitación de viviendas, publicado en 2021, que define al agente rehabilitador como “aquella persona o entidad encargada de impulsar, hacer seguimiento y gestionar todas las actuaciones necesarias para el desarrollo de iniciativas de rehabilitación o mejora en el marco de las ayudas públicas”.
El agente rehabilitador debe ser capaz de supervisar todo el proyecto desde su planteamiento, hasta su ejecución para poder ofrecer un servicio “llave en mano”.
¿Cuáles son las funciones de un agente rehabilitador?
El arquitecto o arquitecto técnico que quiera desempeñar su actividad como agente rehabilitador deberá adquirir los conocimientos necesarios para solicitar las subvenciones. Tendrá que estar al día de todos los requisitos y plazos establecidos por la Comunidad Autónoma y ser capaz de obtener la máxima ayuda posible para sus clientes.
Pero además, un agente rehabilitador sabrá elaborar la documentación técnica necesaria que le sea requerida y realizar los trámites burocráticos oportunos.
Definirá las necesidades del inmueble y las mejores actuaciones para dotarlo de eficiencia energética y coordinará y supervisará a todos los equipos que formen parte de la ejecución de la obra.
¿Y yo?, ¿Puedo ser agente rehabilitador?
La legislación no especifica cuál debe ser la cualificación de este profesional. Pero sí exige que debe tener los conocimientos y experiencia necesarios para poder realizar todas las funciones de un proceso que no suele ser sencillo.
Por este motivo, en la actualidad, casi todos los agentes rehabilitadores son equipos multidisciplinares de arquitectos, arquitectos técnicos y otros profesionales que colaboran para conseguir los mejores resultados.
En el mercado hay una amplia oferta de cursos para formarse como agente rehabilitador. Una vez adquiridos los conocimientos necesarios, es recomendable inscribirse en el registro público de agentes rehabilitadores que han habilitado la mayoría de las Comunidades Autónomas.
Además de ser una profesión con gran diversidad de salidas y empleos, el agente rehabilitador tendrá la satisfacción de contribuir a la transformación de un parque edificado con gran peso en el consumo de energía, la contaminación ambiental y, por supuesto, con gran capacidad de dibujar un futuro mejor para todos nosotros.
