La mitigación de los efectos del calentamiento global y la lucha contra el cambio climático han puesto el acento en la necesidad de cambiar nuestra forma de vida, pasando de la economía tradicional o lineal, a un sistema circular donde la recuperación y reutilización de las materias primas es clave.
Esta transformación, además, ha llegado a todos los segmentos productivos, incluida la construcción donde, en línea con los mandatos de la UE, se ha fijado una tasa de reutilización del 70% en peso para los Residuos de Construcción y Demolición (RCD).
En abril de 2022 se aprobó la Ley 7/2022, que por primera vez incluye la definición de los RCD – aquellos generados por las actividades de construcción y demolición–, como un tipo de residuo diferenciado del resto. Asimismo, se incorpora la definición de “valorización de los materiales”, donde figuran, entre otras operaciones, la separación, preparación para su reutilización, su reciclaje o su uso como relleno, lo que abre una puerta a la economía circular en el proceso constructivo.
La norma también incluye un capítulo (título III), donde se establecen objetivos para la preparación de los materiales y su empleo posterior, así como exigencias claras para la eliminación de aquellos residuos que no puedan volver a utilizarse. Además, se incorpora una clasificación de RCD no peligrosos y se prohíbe su mezcla con residuos peligrosos.
Para poder llevar a cabo una mejor gestión de los residuos, la ley incluye la obligación de disponer de libros digitales de los materiales empleados. Y se establecen nuevas responsabilidades tanto para los promotores como para las empresas constructoras y fabricantes de materiales, al incluir la figura del Productor o Poseedor Inicial del Residuo y vinculándola a una correcta documentación y tratamiento del RCD.
Este proceso supone una gran oportunidad en términos de reducción del impacto ambiental del edificio –menos emisiones y residuos–, pero también, dada la complejidad del proceso, genera nuevas necesidades, especialmente para las empresas productoras de residuos. Se abre un abanico de oportunidades para aquellos profesionales que decidan convertirse en Técnico de Gestión de Residuos de Construcción.
¿Quién es el Técnico de Gestión de Residuos?
Es el profesional designado por la empresa productora o poseedora inicial del residuo, responsable de diseñar e implementar los diferentes planes para la correcta gestión de los RCD. Realiza labores de asesoría en materia de normativa (ley de envases, ley de residuos, ley de vertederos, etc.), aportando un amplio conocimiento sobre cuestiones diversas como la clasificación y tratamiento de los materiales, transporte, manipulación, almacenamiento, etc. así como aptitudes en manejo de software, análisis de datos...
El técnico de Gestión de Residuos es la persona encargada de elaborar una estrategia transversal para la recogida y gestión de los materiales de construcción a lo largo de todo su ciclo de vida. Puede ser trabajador de la empresa productora o de la compañía gestora de residuos.
Su formación requiere un alto grado de especialización dada la complejidad de la normativa, así como el elevado número de residuos con los que debe tratar durante el desarrollo de su función.
Arquitectos, arquitectos técnicos, ingenieros civiles o químicos, así como expertos en Ciencias Ambientales son algunos de los perfiles académicos vinculados a esta profesión. También se puede acceder desde la Formación Profesional de Grado Superior (Técnico Superior en Salud Ambiental) o realizando un postgrado como el Master Oficial en Gestión Ambiental, el Postgrado en Gestión, Tratamiento y Valorización de Residuos o el Master en Ingeniería Ambiental.
