La arquitectura de elección relacionada con la salud abre todo un abanico de posibilidades en el diseño de espacios y entornos constructivos, en el que además juegan un papel fundamental las decisiones que tomen el arquitecto o arquitecto técnico para contribuir a generar un mayor bienestar y salubridad para las personas que ocupen el edificio en un futuro.
De esta manera, aspectos tan importantes como la accesibilidad, la disposición de los ascensores y las escaleras para fomentar la actividad física, la iluminación natural e incluso la señalización cobran protagonismo por sí mismos.
Por ejemplo, un edificio de oficinas en el que nada más entrar te encuentras unas escaleras, te invita a subir por ellas en lugar de ir en la búsqueda de un ascensor.
Así lo han hecho en el edificio de oficinas Castellana, 81, en Madrid, en donde se fomenta la actividad física, pero no únicamente en el gimnasio que han habilitado para sus empleados, sino colocando la escalera en un lugar prioritario para invitar a su utilización.
Para conseguir que un edificio, además de inteligente y sostenible, sea saludable, es importante proponer estrategias que fomenten un estilo de vida activo de sus ocupantes, algo que desde hace años se logra con el reconocido certificado WELL, un sello que se centra fundamentalmente en la salud y el bienestar de las personas.
No hay que olvidar que los entornos físicos y sociales tienen un impacto importante en nuestra productividad. En este sentido, WELL “mide” y verifica el rendimiento de los edificios, a través de 112 medidas organizadas en 10 conceptos: calidad del aire, el agua, la alimentación, la iluminación, el movimiento, el confort térmico, el sonido, los materiales (el impacto que tiene en el usuario), la comunidad y la mente (cuestión que tiene que ver con la gestión de personas y su contacto con la naturaleza -biofilia-).
Continuamos con el ejemplo de Castellana, 81, de Sáenz de Oiza, que se convirtió en 2018 en el primer edificio de España y el quinto de Europa en alcanzar el nivel Oro del certificado WELL.
Y lo consiguió no solo porque cuenta con un centro de fisioterapia, sino también porque además de que sus fachadas son distintas en función de su orientación, tiene conceptos que invitan a acceder: en su hall de entrada hay esculturas para contribuir al bienestar mental del visitante, espacios verdes con vegetación autóctona y fuentes de agua.
Todo esto demuestra que dependiendo de la forma en que los arquitectos diseñen los espacios y los arquitectos técnicos los ejecuten se facilitará o no la toma de decisiones saludables. Y así lo deben considerar los estudiantes que cursan los últimos cursos de las carreras relacionadas con el sector de la edificación. Porque de cara a nuestros edificios y ciudades, también “la salud es lo que importa”.